Por qué cambiar a iluminación LED
- J. Carlos
- 23 nov 2015
- 3 Min. de lectura

Ahorro energético
El Parlamento Europeo aprobó en el año 2012 una directiva de eficiencia energética, que obliga a los estados miembros a renovar un mínimo de edificios públicos al año e impone auditorías energéticas a las grandes empresas. El objetivo de esta normativa es reducir el gasto energético en un 20% (lo que supondría un ahorro de 50.000 millones de euros al año).
Los edificios representan actualmente el 40% del consumo de energía final de la Unión Europea, por ello la iluminación de grandes centros comerciales, oficinas, centros educativos, etc., deberá ser, en los plazos que marca la directiva, mucho más eficiente en cuanto a sus consumos energéticos, y la energía que consuman, deberá proceder en mayor medida de fuentes renovables o incluso tendrá que ser generada por ellos mismos.
Teniendo en cuenta que, al contrario de todas las luminarias convencionales, solo una pequeña parte de la energía consumida por las lámparas LED se desperdicia emitiendo calor, los ahorros de energía que se pueden lograr oscilan entre el 50% y el 80%.
Respeto al medioambiente
La tecnología LED es más ecológica. Los dispositivos LED no contienen mercurio.
Esto hace que su proceso de reciclado sea más sencillo y respetuoso con el medioambiente.
Cumplen con la normativa europea RoHS de sustancias contaminantes que restringe el uso de seis materiales peligrosos en la fabricación de varios tipos de equipos eléctricos y electrónicos, entre ellos el mercurio.
Las lámparas LED son más ecológicas y su proceso de reciclado es más sencillo y respetuoso con el medioambiente.
Reducción de emisiones de CO2
El bajo consumo de energía de la tecnología LED se traduce en un ahorro importante de las emisiones de CO2 y azufre, lo cual revierte en la mejora y efectividad de los esfuerzos por proteger nuestro ecosistema.
Tecnología que se adapta a nuestras necesidades
La tecnología LED se adapta perfectamente a todas las necesidades de iluminación.
Es posible programar una instalación lumínica para que vaya regulando a lo largo del día la intensidad (en función, por ejemplo, de la luz exterior), o de las tareas que se desarrollen en cada momento, permitiendo, por ejemplo, crear entornos de trabajo más confortables y seguros. También pueden aumentar la intensidad de la luz en determinadas áreas que así lo requieran, mientras se reduce y se varía el tono en otras (por ejemplo, en zonas de descanso).
Sin radiaciones potencialmente nocivas
Las lámparas LED, además de no contener mercurio, no emiten radiación infrarroja ni ultravioleta, por lo que tienen menos potencial de ser perjudiciales para la salud.
Hasta 50.000 horas de luz
Las luminarias LED tienen una vida útil de hasta 50.000 horas.
Su larga vida útil repercute en un importante ahorro en gastos y mantenimiento. Esta ventaja la convierte en la alternativa más barata y eficaz para alumbrados públicos y de grandes edificios.
Variedad cromática
Los LED ofrecen un mayor control cromático del color. Teniendo un amplísimo espectro de colores posibles combinando diferentes LEDS. Las lámparas LED pueden programarse para que varíen su tonalidad y crear diferentes efectos, o simplemente para que se enciendan, se apaguen o modifiquen su intensidad a gusto del usuario.
Todo se puede hacer de forma remota, solamente con una conexión a internet o un dispositivo remoto (un teléfono móvil).
Las luminarias LED tienen un índice de reproducción cromática, por lo general, superior a 80 y con un consumo de energía mínimo.
Resistencia a las vibraciones
Una característica de los LED es que son fuentes lumínicas estables que no se ven afectadas por las vibraciones y son muy resistentes a los golpes. Esto evita por una parte riesgos de accidentes por rotura accidental y por tanto, reduce la producción de deshechos residuales.
Mayor control de la distribución de la luz
La iluminación LED no tiene pérdidas por la reflexión. Mientras todos los demás sistemas de iluminación dependen de reflectores para lograr dispersar la luz, y una parte de la luz siempre se pierde, la tecnología LED no precisa de estos sistemas y la luz puede dirigirse a la zona que se quiera iluminar con una eficiencia del 90%. Las bombillas LED provén más control sobre la luz; se puede concentrar y una lente puede captar toda la luz emitida por una bombilla LED y dispersarla.
Capacidad de respuesta más rápida
Las lámparas LED tienen una capacidad de respuesta y control más rápidos. No necesitan calentarse previamente y por ello, tienen un encendido inmediato que evita la molestia que producen las lámparas parpadeantes, muy común en instalaciones con fluorescentes, que pueden provocar ansiedad y malestar.

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